Libromaníaca
La lluvia torrencial cesó, y con ello el Arco Iris se dejó ver, imponente, cruzando el valle de Montjune, un lugar cercano y, todo hay que decirlo, verdaderamente precioso.
Pero aunque el buen tiempo hubiera llegado, Julie aún no comprendía las misteriosas cartas que Johannes M. Iznor guardaba en aquel cofre... y por qué las guardaba como un tesoro.
Y había algo, no sabía lo qué, que no encajaba.
El eslabón perdido.
Arrugó la nariz y, con expresión pensativa, mordió la punta opuesta a la mina del lápiz, que ya parecía un lápiz de carpintero del siglo XII d.C.
Sus padres habían salido de viaje una semana a unas cataratas cerca de allí llamadas New Shamm Falls.
Eso significaba que tenía todo el tiempo que necesitase para averiguar lo que estaba pasando y disponía de toda la casa para ella sola: el ordenador, el teléfono, la televisión...
Julie miró a través de la ventana. Todo estaba muy calmado. Y aquellos gamberros no se habían vuelto a ver por el lugar desde el día en que pegaron a Julie.
Era muy extraño, todo era... como un sueño. Se sentía en un trance profundo, del que quería despertar, porque no le permitía averiguar qué era lo que había ocurrido a Johannes Mathius Iznor y a su posible amada.
¿Como pudo Claire averiguar tan rápido que había un cofre?
¿Como...? Alguien llama al timbre, y Julie se sobresalta. Súbitamente, como movida por un resorte, se levanta dispuesta a abrir la puerta cuando ve por la ventana a alguien corriendo, como si tuviera miedo de algo.
Se fija con cuidado y descubre que esa persona es, indudablemente, su amiga Claire.
Decidió olvidar a la persona que estaba esperando en la puerta y abrió decididamente la ventana.
-¡Claire!- gritó.
Pero ella ya estaba lejos.
Cogió el móvil porque no auguriaba nada bueno. Se apoyó en en el alféizar de la ventana y se incorporó.
Saltó por la ventana y corrió como jamás en su vida había hecho pese a que se rasguñara en el tobillo al saltar.
Corrió hasta el bosque, pero no estaba allí.
Siguió buscando y llegó a un pequeño claro.
Allí, sentada en el suelo, se hallaba Claire.
Tenía la tez pálida y una expresión indescriptible. Empezó a escuchar pasos y se asustó.
¿Podría ser la persona que la seguía?, ¿podría ser aquel que había llamado a su puerta?
Sea como fuere, intentó ser fuerte y luchar con quien fuera necesario.
Aferró su móvil a la mano, aunque temía que no tuviese cobertura, y se acercó a Claire, preocuopada.
-¿Claire?, ¿estás bien?- preguntó con delicadeza, cada vez más asustada por los ruídos, que poco a poco se iban acercando a ellas.
Ella sollozó. Y, como si no pudiera remediarlo, se abrazó a Julie, tenía mucho miedo.
-Me seguía... no sé quién era. Una mujer con aspecto brutal y me fulminaba con su mirada.
El ruido se acercó, y algo o alguien se abalanzó sobre ellas.
4 comentarios:
aishh... lo hiciste aposta eso decir no puedo segui y dejarnos con la intriga verdad??? aishhh... y ahora que algo tengo curiosidaaad!!!!
xD
No, en serio, no lo hice aposta, pero mi madre me llamó para cenar...
Así que lo dejé en donde mejor quedara (así hay intriga, y, como has hecho tú, comentarios).
Pero no te preocupes, que de echo estoy escribiendo la continuación ahora mismo.
Yo también te sigo leyendo! Kisses!
No sé por qué, pero hace meses que Escritora no escribe, y si no lo hace en poco tiempo, me tomaré la molestia de seguir yo la novela.
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